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jueves, 3 de julio de 2014
Lanzado con éxito el satélite que detallará el dióxido de carbono de la atmósfera
La NASA lanzó ayer a mediodía un nuevo satélite para medir el nivel de emisiones de CO2 a la atmósfera y también las zonas que absorben este gas, principal culpable del cambio climático en el planeta. El Orbiting Carbon Observatory-2 (OCO-2) despegó a bordo del cohete Delta 2 a las 09H56 GMT (12.56 hora española) desde la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea, en California.La nave proporcionará las imágenes más detalladas hasta la fecha de las fuentes naturales del dióxido de carbono y humanas así como sus "sumideros", los procesos naturales del océano y de la tierra por los que este gas sale fuera de la atmósfera y queda almacenado.
El lanzamiento ha sido un éxito después de que la NASA abortara el lunes la misma operación debido a un problema con el flujo de agua del cohete. Anteriormente , hubo otros dos intentos fallidos para colocar el satélite en órbita, en 2009 y 2011, debido también a problemas de funcionamiento en el cohete.
El OCO-2 se encuentra ahora en camino para unirse al A-Train, una constelación de otros cinco satélites internacionales para la observación de la Tierra.
"El dióxido de carbono juega en la atmósfera un papel fundamental en el equilibrio energético de nuestro planeta y es un factor clave en la comprensión de cómo está cambiando nuestro clima", dijo Michael Freilich, director de la División de Ciencias de la Tierra de la NASA en Washington.
"Con la misión OCO-2, la NASA contribuye a una nueva e importante fuente de observaciones globales para el reto científico de comprender mejor nuestra Tierra y su futuro", ha añadido.
La nave espacial mostrará la distribución geográfica mundial de fuentes y sumideros de dióxido de carbono y permitirá a los científicos estudiar los cambios en el tiempo de manera más completa qué se puede hacer con los datos existentes. Desde 2009, los científicos han estado preparando el terreno para OCO-2 mediante el aprovechamiento de las observaciones del satélite GOSAT japonés. OCO-2 sustituye a una nave espacial de la NASA casi idéntica perdida a causa de un fallo del cohete en febrero de 2009. Con aproximadamente 400 partes por millón, el dióxido de carbono en la atmósfera se encuentra ahora en su nivel más alto en al menos los últimos 800.000 años.
La quema de combustibles fósiles y otras actividades humanas están actualmente añadiendo cerca de 40.000 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera cada año, produciendo una acumulación sin precedentes en este gas de efecto invernadero.
Los gases de invernadero atrapan el calor del sol dentro de la atmósfera de la Tierra, calentando la superficie del planeta y ayudando a mantener las temperaturas habitables desde los polos al ecuador.
Los científicos han concluido que el aumento de dióxido de carbono de las actividades humanas, por la quema de combustibles fósiles y la deforestación en particular, ha desvirtuado el ciclo natural del carbono de la Tierra, provocando un aumento de las temperaturas superficiales globales y el cambio climático de nuestro planeta.
Fuente: cadenaser.com
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