Cuatro botellas de vino español, todas ellas de 0,75 litros. La primera con una huella de carbono de 789 gramos de CO2equivalente, la segunda de 1 kilo, la tercera de 2,6 y la cuarta de 3,8 kilos. ¿Quiero esto decir que la primera es más respetuosa para el medio ambiente que la última? Puede que sí, o puede que no. Es difícil saberlo: demasiado a menudo, estas diferencias en la huella de carbono dependen más de la metodología de cálculo utilizada que de las verdaderas ventajas ambientales entre unas y otras opciones.
Las cuatro botellas de vino son casos reales de estudios realizados entre 2005 y 2010. Todos ellos aparecen en una recopilación de un estudio publicado en Journal of Cleaner Production (Rugani et al, 2013. A comprehensive review of carbon footprint analysis as an extended environmental indicator in the wine sector. Journal of Cleaner Production 54 (2013) 61-77). Para realizar los cálculos de cada botella, se han utilizado metodologías diferentes, pero también se han empleado múltiples bases de datos (Buwal, GaBi, Ecoinvent, etc) y software distintos (GaBi4, SimaPro, Setc). ¿Resultado? No parece prudente efectuar comparaciones entre estas botellas de vino.Fuente: CONAMA 2014
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