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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Ponen cara a las pérdidas y daños causados por el cambio climático

Campesinos que llevan años sin ver una gota de agua, familias desplazadas por la falta de comida, niños cuya única visión de futuro es sobrevivir, estos son algunos de los estudios de caso que la Universidad de Naciones Unidas con sede en Bonn (Alemania) recoge en una investigación publicada este mes de noviembre y que presentaron la semana pasada en la cumbre del clima de Varsovia.

“Mi nombre es Ag Ayad Inanchanan. Nací en 1937 y son un veterano de la armada de Burkina Faso. Durante mi servicio militar invertí todo lo que gané en ganado. Pensé que esto me garantizaría un retiro tranquilo”. Así comienza el testimonio de este ganadero que vive en la zona de Tin-Akoff (África).

Este es uno de los estudios de caso que recoge un informe de la Universidad de Naciones Unidas (UNU) presentado esta mañana en la cumbre de clima de Varsovia. El trabajo recopila información de los daños y pérdidas que causa ya el cambio climático en poblaciones de Burkina Faso, Etiopía, Mozambique, Kenia, Bután, Nepal y Bangladesh.

La historia de Ag Ayad se torna en calvario cuando varios y largos períodos de sequía comenzaron a sucederse en su región. "A pesar de los esfuerzos hechos para depender cada vez menos de la lluvia, continuamos sufriendo los efectos de la sequía”, señalaba. Una gran tormenta en 2011 hizo que parte de su ganado se ahogase en un río próximo y una invasión de aves en 2012 acabó por empeorar su situación.

La investigadora Koko Warner, directora científica del estudio declaraba: “Tiene que haber una alternativa. Las personas están sintiendo los impactos del cambio climático en estos momentos. Esto afecta a su seguridad alimentaria y a su forma de vida”.

El informe demuestra que, a pesar de los esfuerzos de adaptación, las comunidades vulnerables sufren pérdidas y daños que ponen en peligro sus necesidades más elementales.

"Claramente los niveles actuales de adaptación y mitigación son insuficientes para evitar los impactos negativos del estrés climático. Se necesitan respuestas políticas ahora”, aseguraba en referencia a las negociaciones que se están llevando a cabo en estos momentos en la Conferencia de las Partes (COP19).

En total, el estudio recoge 3.269 entrevistas en domicilios y 200 grupos de trabajo de los que se derivan nueve estudios de caso.

“A pesar de la aplicación de una gran variedad de medidas para afrontar y mitigar el cambio climático, el 96% de los hogares encuestados en distritos seleccionados en Etiopía, el 78% en Nepal, el 72% en Burkina Faso y el 69% en Mozambique todavía continuaron experimentando severos impactos negativos en su presupuesto familiar”, asegura el informe.

Tres de cada cuatro hogares tuvieron que reducir el número de comidas o el tamaño de las porciones. Si las familias eran de pequeños agricultores los impactos del cambio climático, tales como cambios en los patrones de precipitación, aumento de la frecuencia de las inundaciones y la sequía ponían en peligro su medio de vida y su seguridad alimentaria.

"Tras una inundación severa en Etiopía en 2007, el 94% de los encuestados informaron de que sus cultivos fueron severamente dañados o completamente destruidos”, explican los científicos.

La destrucción a gran escala de cultivos también conduce a la subida de los precios de los alimentos y como consecuencia aquellos de primera necesidad en estas zonas, como el maíz, se tornan en inasequibles.

Pérdidas no económicas

Otro de los puntos tratados por este informe es el de la movilidad humana y las pérdidas no económicas como la cultura y la identidad. “La pérdida de estos dos factores puede tener un gran alcance y consecuencias muy negativas, al igual que las económicas”, argumentaba Warner.

En Burkina Faso, los pastores que habían perdido sus rebaños por falta de agua y forraje para los animales, experimentaron además una importante carencia de identidad cultural al faltarles su modo de vida.

Fuente: SINC

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